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Prisa


A las tres
el mundo se derrite detrás del vidrio,
en el medio de la siesta
la chica tiene sus manuales en un brazo
y todo el apuro del mundo.
Estoy cansado
por eso me desarmo en cortesías,
ella contesta con monosílabos
y vigila mis manos
como azontandolas.
Me apura,
embolsa para ganar tiempo
paga y regala la moneda
y escapa antes de que pueda darle el ticket.
La caja y yo nos quedamos preocupados.
Pobre chica, nos decimos.
No entedemos como alguien
puede tener tanta urgencia,
cúal es la prisa
de llegar al desierto.

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