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Repositor de Cerveza

Por la mañana,
Mauro repone las heladeras de Quilmes.
Pule las botellas
con un movimiento marcial
de su mano enguantada,
casi saludandolas.
Es veloz,
pero tiene la paz y el cuidado
de un anticuario acomodando
cerámica antigua.
Acaba,
cierra la puerta de la heladera
y las botellas gemelas quedan firmes
mirando al frente.
Por la tarde, la heladera estará casi vacía.
Es Viernes
y los estudiantes se llevarán esos carámbanos de vidrio
para digerir la noche.

Prisa


A las tres
el mundo se derrite detrás del vidrio,
en el medio de la siesta
la chica tiene sus manuales en un brazo
y todo el apuro del mundo.
Estoy cansado
por eso me desarmo en cortesías,
ella contesta con monosílabos
y vigila mis manos
como azontandolas.
Me apura,
embolsa para ganar tiempo
paga y regala la moneda
y escapa antes de que pueda darle el ticket.
La caja y yo nos quedamos preocupados.
Pobre chica, nos decimos.
No entedemos como alguien
puede tener tanta urgencia,
cúal es la prisa
de llegar al desierto.