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La Escondida (2)


Salir temprano del trabajo,
Ordenarse aprovechar la lluvia
Y componer el poema en cuatro cuadras
Antes que el hogar, la cerveza y el gato
Me hagan olvidar que soy poeta y no cajero.
Acaricio el rosario
Me pregunto quién le seca al sol
Sus lágrimas de jade
Y llego a casa, aún desnudo,
Sin saber qué cara ponerle a la rutina.
Acaricio el rosario,
Me disculpo por ser más falso que un as de oros
Y me escondo
Detrás de media caja de cerveza.

Moxxxi

Viene Moxxxi a casa
con borcegos negros
y su aire de arlequín.
Es un animal, una fuerza de la naturaleza,
critica mis versos
se siente ahogada por el corset
se estrangula con sus correas de cristal,
me dice "apenas tengo tiempo de verte,
menos tiempo de hacer nada".
Grita que está limitada por la mortalidad
mientras se acaba toda mi cerveza
hace malabares con su sombrero
y se va luego de dejarme el cuello lleno de rouge
y recordarme que tiene novio.
Estoy en el Atelier, Moxxxi lee,
Moxxxi escribe y Moxxxi habla,
todo a la vez.
Es una máquina, demasiada cuerda, demasiada cuerda.
Sin tiempo, porque es joven
y los jóvenes no tenemos tiempo.
En el apuro que tenés para alcanzarla
te das cuenta
que el alma la aprieta.

Amen

Amén, dicen y repiten
Amén, la gente del pueblo.
Viven en estado de culto
y el predicador se excita mientras grita Amén,
los niños se asustan con cada Amén,
las viejas se emocionan con cada Amén.
El Coro canta estridente
y el Amén, poderoso, mágico, temible
sube a los cielos
donde las nubes sordas no lo oyen.